Maltés

Origen:
El Maltés es una de las razas más antiguas, con una historia que se remonta a más de 2,000 años en el Mediterráneo. Originario de la isla de Malta, fue muy valorado en las cortes europeas por su elegancia y carácter dulce. A lo largo de la historia, este perro ha sido un compañero fiel para la nobleza y la realeza.

Cuidados:
El Maltés requiere cuidados intensos, especialmente en lo que se refiere a su pelaje largo y sedoso. Es recomendable cepillarlo a diario para evitar enredos. También es importante bañarlo regularmente y asegurarse de que sus ojos y oídos estén limpios, ya que son propensos a las infecciones. Aunque son pequeños, disfrutan del ejercicio y de los paseos diarios.

Pelo:
El pelaje del Maltés es largo, liso y sedoso. No tienen una capa interna, lo que los convierte en una raza hipoalergénica. Sin embargo, debido a su longitud, requiere un mantenimiento constante para evitar enredos y mantenerlo limpio.

Color:
El Maltés es completamente blanco, lo que le da un aspecto elegante y refinado.

Comportamiento:
El Maltés es un perro vivaz, alegre y muy cariñoso. Se lleva bien con personas de todas las edades y es conocido por su lealtad y su deseo de estar cerca de sus dueños. A pesar de su tamaño pequeño, tiene una personalidad valiente y es un excelente perro guardián, ya que tiende a alertar a sus dueños ante cualquier ruido inusual.

Altura y Peso:
El Maltés mide entre 20 y 25 cm de altura, y pesa entre 3 y 4 kg.

Historia:
El Maltés ha sido una raza popular durante siglos, especialmente entre la nobleza europea. En la Antigua Roma y Grecia, se les representaba en pinturas y esculturas, y se les tenía en gran estima como compañeros. A lo largo de los siglos, su tamaño pequeño y su apariencia elegante han hecho que esta raza siga siendo una de las más populares en todo el mundo.